03 enero 2011

Gracias Julio

Llegaste al Sevilla siendo un perfecto desconocido, Joaquín Caparrós te convirtió en una estrella. Una estrella fugaz. Ni tú mismo sabías que podías marcar goles, muchos goles, hasta 39 en tan sólo 65 partidos, tan grande fue la sorpresa que inmediatamente se te nubló la vista ante la perspectiva de ganar algunos euros más. Desde Madrid te llegaron cantos de sirena, flashes, portadas del Marca, eso que llaman glamur, aunque nadie sepa exactamente de qué se trata. Desdeñaste ofertas futbolísticamente mucho más atractivas, vendiste tu carrera por un puñado de euros y te convertiste en una muesca más en el revólver de esa máquina de triturar futbolistas que es el Real Madrid.

baptista_86_ampliada Apenas habías marcado una decena de goles y ya hablabas de que la renovación se trataría más adelante. De que tenías que cuidar a la familia, pensar en tu futuro y todo ese mantra que hemos oído tantas veces. El Sevilla debe pagar cuatro duros y obligar a los futbolistas a tener a la familia debajo de un puente, pensará más de uno cuando os oiga. Deambulaste cedido aquí y allá, convirtiéndote en un juguete roto que una vez brilló como una estrella de verdad. Una estrella fugaz. Ahora vuelves a España, nada menos que al Málaga, a seguir esa carrera de descalabros que iniciaste hace años. Supongo que el único consuelo que te ha quedado es mirar tu cuenta corriente, probablemente con algunos ceros más.

Pero tengo que darte las gracias. Gracias a tu marcha y al dinero que el Madrid dilapidó en tu firma y en la de algún otro, el Sevilla Fútbol Club estalló en una hemorragia de finales y títulos que jamás podíamos haber imaginado. Gracias a tu marcha el Sevilla aplastó a tu equipo en un memorable 3-5 contigo de testigo en el césped, sumando su primera Supercopa de España. No sé cuánto habrás ganado estos años, pero si sé la enormidad que has perdido al marcharte. Lo sabemos todos. Tú también.

Pero sobre todo tengo que darte las gracias por dejar tu sitio al gran Frédéric Kanouté, auténtica antítesis de tu persona. El lado brillante de tu lado oscuro. Te habíamos olvidado por completo, te habías marchado al ostracismo que tú mismo te construiste. La llegada de Freddy ha sido y sigue siendo tan enceguecedora que casi nos habíamos olvidado que una vez tuvimos a un jugador llamado Julio Baptista. Ahora vuelves a los periódicos, de forma fugaz, por tu llegada al Málaga, probablemente como paso previo a tu retorno a Brasil. Te irás con una cuenta corriente inflada y un currículum mediocre. Mientras tanto, aquí seguiremos disfrutando de Kanouté. Gracias Julio. Sinceramente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.

- Daniel

Yorick dijo...

Merci Beaucoup, Daniel.